¿Tribunal del Jurado?

¡Saludos de nuevo!

Durante el fin de semana ha venido a mi atención el hecho de que, al parecer, mi blog está experimentando lo que podría denominarse «censura» por parte de Google. Según me han explicado, cuando se crea un dominio nuevo, como en este caso sería togasytacones.com, Google, con un criterio muy prudente, lo «censura» durante una época, que puede durar entre un mínimo de dos meses y un máximo de un año aproximadamente. Durante el tiempo que dura esta «censura», Google verifica que el contenido del sitio es apropiado y si es así, lo «libera», de manera que si se escribe el nombre en el buscador o en la barra de direcciones, se encuentra sin problemas. También parece ser que hay maneras que acelerar este proceso instando no sé qué herramientas en la configuración de mi blog, por lo que me voy a poner a ello cuanto antes ¡para que nadie tenga problemas para leerme desde cualquier sitio o en cualquier momento!

Dicho esto, en el post de hoy será un poco más serio y en él haré algunas reflexiones prácticas sobre el Tribunal del Jurado, todo ello con motivo de que hoy ha comenzado en la Audiencia Provincial de Girona, el juicio contra el conocido como «el celador de Olot», a quien se acusa de haber matado a 11 ancianos en la residencia geriátrica en la que trabajaba y enfrentándose a la pena de 194 años de prisión.

El Tribunal del Jurado cuenta con más bien pocos simpatizantes, y no es para menos, ya que en la práctica del Derecho Penal nos encontramos con casos- sobretodo los más mediáticos- que han sido Juzgados por un Tribunal popular y cuyo veredicto nos deja atónitos. En la mayoría de ocasiones, se oyen comentarios del tipo: «Jamás un Tribunal de carrera habría apreciado la concurrencia de dicha eximente o atenuante» o a sensu contrario, «un tribunal profesional habría condenado con casi toda seguridad«.

Y es que ciertamente se le da al pueblo la potestad de participar en un número determinado de asuntos judiciales, entre los que se encuentran, de manera preeminente, casos de homicidio o asesinato. Al tratarse de temas cuyas penas son tan elevadas, en múltiples ocasiones nos preguntamos si dejar en manos del pueblo una decisión tal es correcto o no, pero en estas cuestiones no voy a entrar, al menos por el momento.

No nos engañemos, estaremos o no de acuerdo con el funcionamiento del Tribunal del Jurado, los delitos cuyo enjuiciamiento tiene reservado, y muchos otros aspectos relacionados con el mismo, pero lo cierto es que cualquier abogado con verdadera vocación de penalista querría ponerse la toga ante un jurado. Yo querría. De hecho, lo anhelo. Seré inmensamente feliz el día que lo haga.

Para mí, celebrar un juicio es como subirme al Dragon Khan (o no..mejor, ya que la última vez que subí me encontré tremendamente mal después!), pero me refiero a que estar en Sala me produce un «subidón» de adrenalina. El reto para mí se centra en que, a la vista de lo practicado en el juicio, es decir, a la vista de las declaraciones que hayan tenido lugar en ese acto, ante el Juez/Magistrado, así como todas las demás pruebas de las que te hayas querido valer (documentos, informes periciales, etc.) consigas convencerlo a través de tus argumentos, naturalmente fundamentados en las leyes/artículos correspondientes y sobretodo, haciéndole ver que otros jueces, en sus sentencias, han entendido que casos similares al que se está enjuiciando, han sido resueltos de tal manera, y que en su conjunto, debe resolver la cuestión a tu favor.

Muchas veces, no se trata tanto de convencer, sino de sembrar la duda. He de decir que me siento más cómoda en este último rol. Sin embargo, estamos ante un único Juez, o ante tres Magistrados (en el caso de que por competencia, corresponda a Tribunal Colegiado el enjuiciamiento, ya que estaremos enfrentándonos a penas superiores a los 5 años de prisión), y sí, ciertamente conocen las leyes y de ellos podemos predicar imparcialidad e independencia, pero, ¿ que me decís de convencer a 11 personas(9 miembros + 2 suplentes? ¿o sembrar la duda en 11 personas? En mi opinión, el reto es mucho mayor, es difícil predecir cómo resolverán el tema y además, los juicios ante un Jurado se prolongan durante varias sesiones. Mantenerles atentos en todo momento puede ser una aventura y analizar sus gestos e intentar llevártelos a tu terreno es todo un arte. No saben de leyes, en principio, pero ¿y su moral? ¿sus ideales? ¿el «que habría hecho yo en esa situación»?

A día de hoy, y a pesar de haber colaborado activamente durante la Instrucción – que en principio no es diferente de cualquier fase instructora en la que se pretende investigar unos hechos -en un tema que finalmente se enjuiciará por un Tribunal del Jurado, podríamos decir que los únicos contactos que he tenido con la fase de Juicio Oral ante el Tribunal del Jurado lo han sido como mera audiencia pública, y ¡cuán he disfrutado! En el último de ellos incluso tuve el privilegio de acompañar a las Defensas en lo que se conoce como la determinación del «objeto del veredicto». De manera muy simplificada, se trata de que, a la vista de las acusaciones formuladas, de lo practicado en juicio y de las tesis de defensa, el Magistrado presidente, elabora un listado de preguntas que tendrá que responder el Jurado durante la deliberación. Sin embargo, previo a que los miembros del Jurado tengan acceso al mismo, se le da la posibilidad a las partes, tanto acusación como defensa, de ver el contenido del objeto del veredicto, esto son, las preguntas, en aras de que éste sea lo más neutral posible. Una vez se le han dado las correspondientes instrucciones a los miembros del Jurado, procederán a la deliberación, y dependiendo de lo que vaya respondiendo el Jurado a las preguntas formuladas en el objeto del veredicto, podemos decir que estará apreciando, por ejemplo, la existencia de un delito u otro, la concurrencia en el acusado de circunstancias atenuantes o agravantes de la pena, eximentes, etc. A pesar de las críticas, ¡también son muchas las veces en las que los miembros del Jurado llegan a una decisión ecuánime!

Como suelo hacer en estos casos, seguiré de cerca el tema que ha inspirado esta entrada y comentaremos más al respecto más adelante!

Por ahora, ¡feliz lunes y buen comienzo de semana!

4 comentarios sobre “¿Tribunal del Jurado?

  1. Srta. McBeal, mi más sincera felicitación. He visto tu post en mi FB y aquí me tienes. Te deseo mucho éxito en esta aventura y una larga larguísima vida a togasytacones. Te leeré de vez en cuando, a ver si aprendo algo, o me entra el gusanillo y me hago bloguero amateur 😉 Un petó

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  2. Hombre, creo que hemos visto casos muy sonados en los que los jurados han tomado decisiones que a muchos nos han dejado con cara de tonto (Caso de Paquito Camps entre otros). Pero no creo que sea cosa del mecanismo en sí, sino más bien de la cultura de la que carece en mayor medida la población de este país, sin rodeos, hay mucho tonto, y si solo un 10% de la gente es universitaria… pues ya sabemos. Sin embargo no sé que se persigue entregando un cuestionario al jurado para que responda, para que se prepare el que va a perder? Si la justicia piensa que el jurado no sirve pues no sirve, no pasa nada.
    En cuanto al caso que describes al principio a mi el argumento de la defensa me parece bastante sólido, primero diciendo que el culpable tiene problemas mentales (que un poco perturbado sí que está para matar a la cantidad de abuelitos que mató), pero luego también a que esas personas estaban sufriendo. En parte tiene razón, y tristemente en este país todavía vivimos un poco bajo el estigma de no aceptar casos de eutanasia, sinceramente, pienso que alguien con una enfermedad degenerativa que no quiere seguir viviendo tiene derecho a poner fin a su vida. Creo que si todos nos preguntamos si nos gustaría ver a nuestros padres en un determinado estado preferiríamos que dejaran de sufrir. Puedo compararlo con cuando tenemos una mascota y vemos que padece alguna enfermedad, de la que ya no sé recuperará, y nos dicen que sufre, yo intentaría que dejara de sufrir, aunque eso signifique no verla nunca más, ese animal o esa persona ya ha cumplido su ciclo vital.

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    1. Sí, tienes razón, los casos más sonados son los que nos han dejado de piedra, pero por eso apunto que también hay otras veces que lo hacen bien. Con ello no trato de decir en absoluto que esté a favor del Tribunal del jurado, simplemente quería dar una visión más práctica y a grandes rasgos de cómo funciona.
      Ignoro muchos datos sobre el caso del celador, por lo que no me voy a atrever a afirmar según que cosas. En cualquier caso, seguro que podremos volver a comentar. El caso concreto de Olot simplemente me inspiró para explicar algunas cosas sobre el procedimiento ante un Jurado.

      Gracias por tu comentario!

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