Derechos de las mujeres. Violencia de Género.

Por fin es viernes, señores. ¡Y cuántas ganas tenía de que llegara este día! La semana pasada hubo parón en Togas y Tacones, pues la inminencia de las vacaciones de Semana Santa nos tenía algo despistadas a la par que ocupadas, tratando de dejar todos los temas acabados y cerrados para poder disfrutar de 4 maravillosos días de desconexión. Como siempre, todo lo bueno se acaba rápido, por lo que sin darme cuenta, me encontré de nuevo en los Juzgados, esta vez en los de Madrid. La verdad es que fue un día duro y poco fructífero ya que me acabaron suspendiendo las declaraciones sin importarles lo más mínimo que los testigos se hubieran desplazado expresamente desde Bélgica para ello. Lo más «divertido» es que, a pesar de que yo intentara convencer al oficial para que no suspendieran con todos mis argumentos, yo sabía que no tenía nada más que hacer. La decisón estaba tomada y no había vuelta atrás. Sólo me quedaba resignarme. Al fin y al cabo, que nos suspendan una actuación judicial es el pan nuestro de cada día, como también lo son los retrasos injustificados y tener que soportar a jueces y oficiales amargados y con pocas ganas de trabajar – dicho sea con los debidos respetos, pero no os puedo engañar… las cosas como son -, que nos tratan como si nos perdonaran la vida. Pues bien, tuve que regresar a Barcelona con las manos vacías. Por supuesto, eso signfica que voy a tener que volver a Madrid para celebrar las declaraciones en cuestión otro día. Por cierto, también con todos los respetos, ¡qué horribles son los Juzgados de Plaza Castilla!!! Entrar allí me hace regresar a, cuando menos, 10 años atrás. Todavía huelo el humo del tabaco en sus paredes.

Después de esta breve introducción,a modo de «Diario de una penalista viajera», voy a ir al quid de la cuestión:

Derechos de las mujeres, Violencia de género. Cada día oímos casos en las noticias sobre alguna mujer que ha sido maltratada brutalmente a manos de su pareja sentimental/marido, una mujer más fallecida haciendo que las estadísticas sobre maltrato suban como la espuma, mujeres violadas en otros países y que el Derecho desampara, incluso trata como «provocadoras», y un largo etc. Son noticias que nos estremecen y que nos provocan rabia. No es para menos. Vivimos en una sociedad todavía muy machista, aunque también hay que decir que no somos las que estamos peor. Mal de muchos, consuelo de tontos, pensaréis, pero lo cierto que es en el mundo, sigue habiendo una gran mayoría de Estados cuya legislación no solo no castiga al hombre que comete este tipo de hechos, sino que lo considera como un derecho que el mismo tiene para con su mujer, y ésta tiene que sufrir las consecuencias sin rechistar. Peor es, todavía, que ellas tampoco saben que esto no es cierto, que no tienen este derecho sobre ellas, y así, viven en la ignorancia permitiendo constantemente abusos físicos, psíquicos y sexuales de manera normalizada. Me resulta muy extremo, pero esta es la cruda realidad.

Os dejo con un enlace que ha salido publicado hoy en un blog de El País sobre el tratamiento este tema en los países de Oriente Medio.

http://blogs.elpais.com/mujeres/2014/04/llamarloviolenciadegenero.html

Retomando el tema, lo que voy a decir ahora puede herir alguna sensibilidad, pero me veo obligada a explicarlo pues es algo con lo que por desgracia me encuentro muy a menudo en el trabajo y pienso que hay que tener consciencia de ello también. Llevo todo tipo de temas, aunque ahora me voy a centrar en la gran parte de casos que llevo como defensa, por lo que aviso de que la aproximación que os voy a exponer a continuación es totalmente sesgada.

Así pues, en el otro extremo nos encontraríamos con aquellas mujeres que no solo conocen perfectamente sus derechos como mujer y sobre el tema de violencia de género, sino que además abusan del sistema descaradamente. Yo ya las veo venir de lejos y, la mayoría de las veces, los Jueces especializados en la materia también. Pero otras, llega tan lejos el teatro que montan que nos cuesta sudor y sangre demostrar que es falsa la denuncia. Entonces, por casos como éstos, los Juzgados de Violencia contra la Mujer están colapsados, tal vez desamparando entonces, fruto del trabajo acumulado, a mujeres que realmente necesitan protección. La inmensa mayoría de denuncias falsas que se realizan van ligadas a una situación de separación y/o divorcio, y se utiliza como arma para hacer creer que la madre es la más idónea para tener la custodia -exclusiva, por supuesto, y cuantos menos días puedan ver al padre los hijos, mejor, dicho sea con el más irónico de los tonos – puesto que el padre es un violento y «tienen miedo por lo que les pueda pasar a sus hijos». Es una vergüenza, sinceramente. Son ellas las que no deberían tener la custodia, por instrumentalizar así a sus pobres hijos, que al final, son quienes sufren los estragos de esta situación. Y, para más Inri, aun cuando conseguimos archivar el asunto o una sentencia absolutoria, no os penséis que es fácil iniciar un procedimiento por denuncia falsa o falso testimonio contra la mujer denunciante. De hecho, es prácticamente imposible. Diría que sigue habiendo cosas que se tendrían que reformar, pero mejor que no le demos más ideas al Ministro Gallardón, porque saldremos más que escaldados, eso no lo dudo.

¡Feliz viernes y mejor fin de semana para todos!

La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho. – Honoré de Balzac

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