La mal llamada «Prisión permanente revisable», contra las cuerdas

La aprobación definitiva por parte del Gobierno la reforma del Código Penal me estremece. Incluye, entre otras cosas, lo que ellos llaman «prisión permanente revisable», que no es otra cosa que la clásica «cadena perpetua» que conocemos de toda la vida. A pesar de que la película de Morgan Freeman que lleva ese título sea una de mis preferidas, tengo que decir que me preocupa tremendamente que estemos a las puertas de aprobar una reforma de este calado en nuestro país.

En mi condición de abogada penalista en ejercicio no puedo dejar pasar por alto las reformas legislativas que ha promovido el Gobierno en este ámbito, pues me afectan directamente y que entiendo que son un retroceso importante en lo que a los derechos fundamentales y derechos humanos se refiere. Ya en su día Laura publicó acerca de la reforma de la ley del aborto. Yo me mostré contraria a la «prisión permanente revisable» también en otra entrada, ya que en mi opinión, choca frontalmente los objetivos de reeducación y reinserción de los presos en los que tanto creo. Si hoy en día las penas ya son meros castigos, que olvidan totalmente estas funciones tan importantes para la sociedad de reeducar y reinsertar al preso, imaginad el efecto que tiene la perpetuación de la condena. El Sr. Brooks es un claro ejemplo. No voy a obviar que hay casos en los que no funciona el sistema, y hay fracasos que se traducen en presos reincidentes, pero también este porcentaje es ínfimo y precisamente por ser tan baja la tasa de reincidencia, no podemos en modo alguno justificar la legitimidad de la cadena perpetua.

Pero yo me pregunto: ¿son conscientes todas las personas que se muestran a favor de esta medida de lo que realmente implica? Yo creo no. Y así lo demuestra la encuesta realizada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía, cuyos datos podréis leer con más detenimiento en el enlace es que os adjunto más abajo.

Solamente por una cuestión económica, el porcentaje de encuestados que se muestran favorables a la «cadena perpetua» baja del 70% al 48% cuando se les dice el coste que supone para el Estado el mantener a un preso cada año. Y si no es uno sólo, sino que son cientos y miles y además puede ser de manera perpetua, multipliquemos. El problema es que nadie toma un rato para ver cuánto dinero se destina a la partida de Centros e Instituciones Penitenciarias en el Presupuesto General del Estado de cada año, pero tal vez deberían. Y os facilito la gestión con el siguiente enlace.

Haz clic para acceder a N_15_E_R_31_116_1_1_1_1133A_2.PDF

La desinformación no alcanza sólo el nivel económico, sino que muchos ciudadanos desconocen por completo la realidad vigente de nuestro Código Penal; por ejemplo, desconocen la existencia de límites máximos de cumplimiento, el cálculo de dichos límites cuando hay más de un delito, o las penas que se determinan para cada una de las infracciones penales. Muchas veces cuando explicas que para tal delito la pena puede ser de entre X e Y años de prisión, la gente se sorprende.  Este desconocimiento contribuye a que la sociedad se muestre favorable a una medida que es absolutamente innecesaria, como también lo es el resto de la reforma que aprobará el gobierno.

En este enlace encontraréis otros datos de interés tras la encuesta realizada por la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía:

http://www.elmundo.es/espana/2015/03/24/55119732268e3e07678b457c.html

Aunque en el título de la publicación haya dicho que la prisión permanente revisable esté contra las cuerdas, lo cierto es que creo que al Gobierno le va a dar absolutamente igual la reacción de la gente cuando conocen más datos sobre la realidad y va a tirar adelante con la aprobación. Pudimos parar la reforma del aborto, pero no preveo la misma suerte para la cadena perpetua.

Aprovecho esta entrada para explicaros brevemente otras modificaciones que también prevé la reforma del Código Penal, que en cualquier caso, suponen un endurecimiento de nuestro sistema penal. Así, en algunos casos desaparecen las faltas para convertirse en meras sanciones administrativas, lo que me parece correcto, pero en otros casos, como son los hurtos de cuantía menor, pasan a ser delito. Discrepo. Por algo son de cuantía menor, ¿no? También se amplían los casos en los que se puede aplicar la libertad vigilada que puede ser indefinida, (medida que ya de por sí me parece aberrante) lo que supone que una vez cumplida la pena, sigas sometido al control del Estado a través de monitorización electrónica, presentaciones periódicas al Juzgado, etc. Si ya se ha cumplido la pena ¿qué necesidad hay se seguir coartando la libertad de uno? La inferencia del Estado en todos los ámbitos de nuestra vida privada me resulta inquietante. Muchos lo justificaréis porque los casos para los que está previsto son casos de delincuentes sexuales, etc., pero pienso que extender de esta manera la intervención estatal es exagerado. Por último, destaco que se eleva la edad para poder prestar consentimiento sexual de 13 a 16 años. Existen algunas otras modificaciones, pero estas son las que me parecen más significativas.

Es todo por hoy mis queridos lectores!

“- Ellis ‘Red’ Redding: Brooks no está loco, solo está, institucionalizado.

– Institucionalizado, una leche.

– Ese hombre se ha pasado aquí más de 50 años Heywood, 50 años, no conoce otra cosa, aquí dentro es un hombre importante, es un hombre culto, fuera de aquí no es nada, un viejo inútil con artritis en las manos, no podrá conseguir un puñetero trabajo […]. Créeme estos muros embrujan, primero los odias, luego te acostumbras y al cabo de un tiempo llegas a depender de ellos, eso es institucionalizarse.”

MORGAN FREEMAN – Ellis ‘Red’ Redding – Cadena Perpetua, 1994

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